Nuestro origen
Inferno nació en Lanzarote, de un grupo de amigos que solo querían entrenar y superarse. En una isla donde no había representación, ni ruido. Así que decidimos crearlo nosotros.
Lo que empezó como una necesidad terminó convirtiéndose en algo más grande: una forma de pensar, de vivir, de empujar.
Inferno no es solo un nombre —es una mentalidad. Es la unión, la fuerza y la necesidad constante de crecer, dentro y fuera del gimnasio.
De ahí surge la marca.
Nuestra ropa no busca moda. Busca identidad.
No lleva mensajes vacíos, lleva actitud.
Refleja lo que somos: simples, duros, sin adornos.
Diseños crudos, como el hierro que nos une.



Cada prenda nace del mismo fuego que encendió el club: el de superarse, el de no conformarse, el de representar algo real.
Porque Inferno comparte una forma de estar en el mundo.
Y si llevas el fuego, ya formas parte de esto.
